Rememorar
¡Buenas!, ¿cómo están?
Todo medio caótico, escribí hace unos días sobre eso, no lo publiqué, pero atendía lo caótico a algo atemporal y coyuntural a la vez, creo que en esta semana, pese al revés del ejecutivo, se sintió una brisa de mar en la última marcha universitaria, ese aire fresco, limpio que otorgan los kilómetros y kilómetros de inmensidad, de llanura sin edificios ni nada que se oponga. A persistir con esa brisa y todas las situaciones de lucha y de comunidad que nos unen, que nos encuentran para no ahogarnos en lo caótico.
Me parece una locura que las personas puedan recitar fragmentos de los libros de memoria. Hoy una compañera mencionó una autora, le mostré que estaba leyendo un libro de ella y me repitió una oración, más que una.
Compartí un rato con uno de mis profesores favoritos y recordé un momentazo. A mí me encanta Herman Hesse. Ya lo cité en alguna edición, me fascina. Una vuelta, en un momento bastante turbulento, viajé unos días con una amiga y me pasé todas las tardes leyendo en un bosque costero, bastante paradisíaco. Pasé ese tiempito leyendo ‘El diario de Andrés Fava’, de Cortázar. En un momento su personaje principal, que como siempre es en parte el autor, critica muy fuerte a Hesse. Entre que me reí y me dolió un poco. Como mi idealismo se hirió, precisé hablar con este profesor. Es una persona con una capacidad increíble. Siempre rosqueamos con libros, cuando coincidimos y siempre me pide que escriba. A veces critica mis pensamientos como Cortázar los de Hesse, pero esas críticas no son hacia mis pensamientos y sí hacia mis miedos. Y me hace reír porque tiene razón, no me hiere. Hoy me pidió que lea lo que escribí hace dos años y le dije que me daba pánico volver a esos escritos.. ¡no!, gritó, gritó y lanzó un comentario que otra vez atacó mis miedos con un chiste que me hizo caer en la realidad: qué boludez, ¿cómo no voy a volver a mis escritos?.
Cuestión que le pregunté su opinión de Hesse, porque a veces necesito escuchar una opinión de alguien que me interesa para formar un concepto sobre alguien. Aunque es mentira, mi idea es mi idea y lo que yo sentí por un autor es muy personal, no modificaría mi visión y sensación sobre él. Pero así y todo muchas veces requiero a la palabra externa. Quizá son mis miedos, quizá fueron mis miedos los que me llevaron a preguntarle a este profesor su opinión sobre Hesse. Quizá quería sacar un tema de conversación… o quizá sabía que no iba a fallar. ‘¡Fantástico!, Hesse tiene una cabeza…’, respondió, y, como si no alcanzara, citó de memoria una frase del Lobo Estepario. Alquimista. Y todo pasó el mismo día, sin conexión, se conectó todo y disfruto muchísimo de poder ver esas sincronicidades como diría Carl Jung.
¡Abrazos!